13 de febrero de 2010

Especulación aparcamentística

El Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz, gracias a la liberalización de las condiciones de adjudicación de plazas de aparcamiento subterráneo en los estacionamientos de: Juncal, Rosario, Torrepista, Fresnos, Barrio Verde, Parque de Cataluña y Veredillas, da vía libre a la actividad especulativa bendecida con fondos y recursos públicos. El afán megalómano y despótico del equipo de gobierno no tiene límites, siendo la construcción de miles de plazas de estacionamiento, tanto en superficie, como subterráneas, una de sus principales bazas electoralistas. Es una realidad constatable, que la masiva presencia de vehículos en las calles es una constante en la mayoría de barrios torrejoneros con todos los problemas que este hecho conlleva. Sin embargo, el gobierno municipal no ha querido plantearse el por qué de tal volumen vehicular ni tan siquiera se ha planteado un estudio de las verdaderas condiciones y necesidades del aparcamiento en el municipio. Con hacer los aparcamientos bastaba, independientemente de las condiciones físicas y socioeconómicas de los distintos barrios, que sabemos, son muy diferentes entre sí.

La construcción de 5.478 plazas de estacionamiento subterráneo “no es moco de pavo” y antes de realizar una inversión y un esfuerzo de esas características, lo mínimo requerible sería haber realizado un estudio integral de la situación del estacionamiento en el municipio, así como un proceso de información y de participación ciudadana que garantice su viabilidad social y económica. Ya sabemos que los procesos de participación ciudadana son engorrosos para los gobernantes y dilatan los proyectos de construcción más allá de las legislaturas. Lo sabemos bien señor alcalde, de hecho, su política municipal es un claro paradigma en este fenómeno.

Pero volvamos a los aparcamientos subterráneos. La eliminación de la restricción de un único estacionamiento por persona física o jurídica, permitiendo de esto modo “comprar las plazas que se deseen”, según palabras del alcalde, es un hecho que si bien no estaba contemplado en un primer momento en el Plan, se ha introducido posteriormente ante la imposibilidad de muchas personas con vehículo propio, de adquirir una en propiedad. Pero la posible falta de demanda de los propios residentes no era óbice para que el consistorio sacara de la chistera la paloma liberalizadora y de este modo permitir que cualquier persona física empadronada o jurídica establecida en Torrejón de Ardoz, independiente de su nivel socioeconómico y su patrimonio, pueda adquirir una plaza de estacionamiento a precio muy inferior al mercado y por supuesto subsidiada con fondos públicos. La especulación se ofrece ahora en bandeja de plata por parte del Ayuntamiento, para todo aquel que aún se quiera subir al carro del pelotazo urbanístico y del desmantelamiento de la res pública.

Es indudable que la jugada del equipo de gobierno ha sido maestra. Nos vendieron la ilusión de una plaza de garaje para todos, pero no nos vamos a engañar, eso no podía ser y ahora, solamente los más pudientes podrán conseguir la suya, gracias a la inestimable colaboración del conjunto de ciudadanía torrejonera. Pero no se preocupen, quizás algún día, puedan comprar o vender alguna de las plazas que ofrezcan los nuevos señores de la especulación “aparcamentística” que se avecina.

Es evidente que se abre la veda a la especulación a costa del patrimonio público. Como siempre, los más pudientes podrán aprovecharse de las circunstancias. Y es que la crisis no va sino aumentar las ya de por sí considerables diferencias socioeconómicas existentes.

Otro aspecto que quería reseñar y que la oposición torrejonera no se ha planteado (PSOE e IU incluidos) es el planteamiento de Torrejón como una ciudad habitable, donde los peatones sean los verdaderos protagonistas y no los coches como hasta ahora. Sabemos que la cuestión "aparcamientos" es un elemento muy electoralista, pero es necesario revertir de una vez la tendencia de una sociedad sobre motorizada. Es necesario un nuevo planteamiento de ciudad, que prime a las personas y la movilidad sostenible por encima de los coches. Y eso incluye la implantación de diversas medidas, como peatonalizaciones, mejora del servicio de transporte público y cómo no, una política más estricta con el uso de los vehículos (restricciones de paso, aumento progresivo del IVTM en función de la cilindrada y del número de vehículos por hogar, implantación de proyectos como el coche compartido público: Carsharing, etc.)

En definitiva, no hay carencia de aparcamientos, sino un exceso de vehículos.

Por un Torrejón sostenible y habitable.

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